sábado, 22 de abril de 2017

Anna Freud y Melanie Klein: conflicto sobre el análisis infantil

Al comenzar a desarrollar sus puntos de vista respecto del análisis infantil, Anna Freud no tardó en entrar en conflicto con las perspectivas que estaba desarrollando Melanie Klein en el mismo campo. Klein estudió en la Universidad de Viena y fue analizada por dos miembros del círculo íntimo de Freud, Sandor Ferenczi y Karl Abraham. Poco después de convertirse en analista, Klein empezó a ampliar los conceptos psicoanalíticos al ámbito infantil. Sus ideas quedaron consignadas en El psicoanálisis de niños (1992), Klein se apartó del psicoanálisis al hacer hincapié en el desarrollo previo al desarrollo edípico. Restó relevancia a las pulsiones biológicas  (como el placer sexual) a hizo énfasis  en la importancia de las relaciones interpersonales. La relación  madre-hijo era especialmente significativa para Klein. La primera etapa de esta relación se enfocaba en el seno materno, que el niño veía como bueno  (satisfactorio) o malo (frustrante). El seno materno bueno satisface  las pulsiones de vida y estimula sentimientos de amor y creatividad. El seno materno malo satisface la pulsión de muerte y alienta sentimientos de odio y destrucción. De acuerdo con Klein, las emociones provocadas por la interacción de las experiencias del niño con el seno materno y las pulsiones de vida y muerte, proporcionan el prototipo utilizado para evaluar todas las experiencias subsecuentes. Para Klein, los conceptos del mal y el bien, de lo correcto y lo incorrecto se desarrollan durante la etapa oral, no en la fálica como suponían los freudianos.
Según la teoría de Klein, el superyó se desarrolla muy temprano en la vida, y su evolución está determinada en gran parte por la interacción entre las pulsiones de vida y muerte.
Klein también consideraba que el análisis infantil podía iniciar mucho antes de lo que creían los psicoanálisis tradicionales, toda vez que era posible analizar las actividades de juego de los pequeños, en lugar de sus asociaciones libres. Si creencia de que el juego libre e indirecto de los niños revela conflictos inconscientes,  permite analizarlos a partir de los dos años.

Anna Freud discrepan de casi todas las concepciones de Klein respecto del análisis infantil, y seguía haciendo énfasis en la importancia de las etapas fálica y genital del desarrollo, así como analizando las fantasías y los sueños de los niños durante la terapia, en lugar de examinar sus actividades lúdicas. Aunque los puntos de vista de Klein tuvieron un impacto sustancial en el análisis infantil, en general fueron las ideas de Anna Freud las que prevalecieron.




Hergenhahn, B.R. (2011) Introducción a la historia de la psicología, C.d. de México, México, Sexta Edición, pp. 586-587

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